Las rupturas amorosas suponen siempre un gran impacto emocional en la vida de quien experimenta la pérdida de una persona con quien ha estado vinculada afectivamente.
A este proceso en el que se experimenta la pérdida de una persona querida se conoce como proceso de duelo y se caracteriza por reacciones emocionales y pensamientos de dolor que generan malestar, con el fin de adaptarse a una nueva realidad sin la persona que se ha desvinculado o perdido.
El duelo trae cinco etapas: Negación, ira, negociación, depresión y aceptación.
Aquí dejamos algunas pauta que pueden ayudar en el cómo superar una ruptura amorosa:
· Contacto 0. Lo mejor para olvidar a la persona que se ha perdido es no saber nada de ella por un tiempo y tomar distancia. Esto incluye no mantener comunicación con esa persona, ni frecuentar sitios en los que pueda estar, ni buscarle, ni estar pendiente en redes sociales. También ayuda alejarse por un tiempo de todo lo que genere apego en la otra persona como memorias, regalos o fotos.
· Permitir todas las emociones. El cuerpo tiene que adaptarse a la nueva realidad, por lo que es importante experimentar el dolor y no huir de él, esto mejorará la recuperación. Algunos ejemplos son permitirse llorar, mostrar el malestar, ser paciente con uno mismo cuando se está mal y tratar de no evitar todo sufrimiento, sino normalizarlo como parte del proceso.
· Aceptación. A veces podemos negar lo que ha sucedido, pero esto solo nos va a ralentizar el proceso de recuperación y nos va a dejar en un “estancamiento” de la etapa de negación, por lo que aceptar lo ocurrido es la mejor forma de continuar con el cambio de experimentar, expresar las emociones y asumir que ese capítulo ha terminado, pudiendo trabajar así en el presente y en lo que sí ahora se puede cambiar. Recuerda que dejar ir es avanzar.
· Reestablecer rutina. La pérdida de una persona a la que se ha estado vinculada afectivamente supone la pérdida de un reforzador diario, por lo que es muy importante no dejarse llevar por el dolor y continuar con las actividades diarias, ya que, sino se puede caer en un círculo de pérdida de reforzadores que, si se deja llevar por la inercia, puede acabar en una fase depresiva. Aquí también es importante destacar el realizar algún deporte, ya que ha demostrado grandes beneficios para el estado de ánimo.
· Realizar actividades a corto plazo que generen satisfacción. Fuera de la rutina, organizar actividades que motiven a la persona y que vuelva a generar emociones agradables.
· Apoyo social. Es muy importante sentirse acompañado y apoyado por las personas que sí que están, así que es buen momento para cuidar esos vínculos, hablar de la ruptura con personas con las que te sientas cómodo y rodearse de ellas.
· Pensar en uno mismo. Es el momento de priorizarse, cuidarse y valorarse. También es momento de ver lo que no funcionaba y empujar con eso a pensar en todo lo que no queremos para la siguiente relación. Aquí también se tiene en cuenta el miedo a estar solo/a, ya que somos sociales por el hecho de ser humanos. Recordar que no estás solo cuando estás contigo mismo y que cuando logres esa relación contigo incluso podrás tener relaciones más saludables.
· Pide ayuda siempre que la necesites para obtener muchas veces un punto de vista más objetivo, muchas veces nos quedamos en la idealización de la relación, en la culpa, en el sufrimiento absoluto o tomamos decisiones precipitadas.
A veces incluso la terapia es importante para normalizar que muchas veces no estamos preparados para pasar un duelo y es importante cuidar la salud mental.
Recuerda que toda emoción no dura para siempre, por lo que el dolor que sientes también pasará, así que es importante cuidarse a uno mismo mientras el proceso dure.
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