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Las relaciones de pareja son relaciones complejas expuestas a diversos acontecimientos vitales y personales. La pareja puede ir encontrando dificultades a lo largo de su historia producto de los diferentes cambios a los que se enfrentan en la vida personal, familiar y socio laboral. Estas dificultades, algunas veces, ocasionan insatisfacción en la relación que ponen en crisis a la pareja.
La terapia de pareja es un método eficaz y útil cuando se observan dificultades, malestar e insatisfacción en la relación. El proceso permite facilitar el diálogo entre los miembros, promoviendo la escucha y la expresión de emociones que no son capaces de compartir en su entorno cotidiano.
El objetivo principal de la terapia es abordar como pareja las dificultades encontradas, de cara a mejorar la calidad de la vida en relación y la satisfacción individual. Generalmente, en el tratamiento se combinan sesiones a la que acuden ambos miembros y sesiones individuales con cada uno de ellos respectivamente.
¿Qué es la terapia de pareja?
La terapia o psicoterapia de pareja es un recurso que se ofrece a los miembros de una relación sentimental en cualquier etapa de la misma. Las motivaciones para acudir a este servicio o los objetivos que se vaya a trabajar pueden ser muy diversos pero normalmente el foco está en que la pareja construya o consiga nuevas habilidades que les permitan adaptarse a sus diferentes situaciones como relación.
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¿Cómo detectar que necesitamos hacer terapia de pareja?
La terapia de pareja es muy útil en aquellos momentos en los que los recursos que la pareja tenía han pasado a ser insuficientes y aparecen problemas diferentes que generan malestar y afectan al estado emocional de los miembros de la pareja, aumentando así la insatisfacción dentro de la relación.
En ocasiones el proceso de decidir acudir a terapia es lento ya que después de que la problemática aparezcan las parejas intentan utilizar sus propios recursos para intentar resolverla. En ocasiones son capaces de hacer los cambios necesarios para conseguirlos pero en otras esta solución no llega y esto provoca un gran desgaste e insatisfacción con la relación y es entonces cuando se plantean el acudir a dicho recurso.
¿Cuántas sesiones son necesarias en una terapia de pareja?
La frecuencia de las sesiones suele ser semanal al principio del tratamiento, sobre todo hasta que los objetivos se han establecido y se ha entendido como van a ser trabajados cada uno de ellos. A partir de ese momento se pueden distanciar las sesiones pasando a una frecuencia quincenal, de esta manera también se consigue que la pareja trabaje de forma más independiente.
La duración de los procesos de terapia depende de cada caso. La media suele estar entre 6 u 8 meses, aunque como comentamos esto es algo muy difícil de prever ya que hay múltiples factores que pueden influir.
¿Cómo hacemos la terapia de pareja online?
La terapia de pareja online tiene un funcionamiento muy similar al presencial, la diferencia más evidente es el espacio donde se realizará la terapia. Para poder realizar unas sesiones cómodas se recomienda que se tenga un ordenador donde poder hacer la videollamada, una buena conexión a internet y un espacio seguro donde se vaya a poder hablar libremente de aquellos aspectos que son importantes para la pareja sin el miedo a ser escuchados por terceras personas y que esto pueda interferir en el proceso terapéutico.
A parte de esto la estructuración de las sesiones es muy similar a una terapia de pareja presencial. En la primera sesión se realizará una entrevista de evaluación en la que acudirán ambos miembros de la pareja. En este punto es importante especificar que si un miembro de la pareja no está dispuesto a hacer terapia, es un error intentar convencerle u obligarle. Desde North creemos que es mejor plantear la idea de acudir a esta primera sesión para poder recibir información y responder las cuestiones que tenga sobre el proceso y a partir decidir si quiere continuar participando en el proceso de terapia.
Si uno de los miembros no quiere participar no quiere decir que no se pueda realizar un proceso terapéutico pero en este caso el foco cambiará pasando a ocupar el centro de la terapia la persona que participa en ella evaluando aquellos problemas que puedan estar relacionados directa o indirectamente con su relación de pareja.
En el caso de que ambos quieran participar en el proceso de terapia las sesiones habitualmente van a ser conjuntas, aunque puntualmente puede que haya ocasiones en las que el terapeuta quiera hablar con cada uno por separado. En las primeras sesiones se realizará la recogida de toda la información necesaria y una vez que ha sido evaluada se le devuelve a la pareja estructurando con ellos cuáles son las áreas importantes que hay que trabajar.
¿Cuáles son los problemas más comunes por los que una pareja hace terapia?
Las parejas pasan por periodos de crisis y eso es algo normal. Existen muchísimos motivos, aquí os dejamos recogidas alguna de las causas más frecuentes de consulta:
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Grandes diferencias en las metas a largo plazo: en este punto pueden surgir desacuerdos en cuanto a las prioridades, estilo de vida, el deseo o no de tener hijos etc. La terapia en este caso trabaja para crear una vía de comunicación a través de la cual abordar estos enfrentamientos de manera asertiva para poder expresar las necesidades individuales de cada miembro, ordenar sus ideas, buscar intereses comunes y posibles soluciones o puntos intermedios en aquellas que parezcan incompatibles.
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Insatisfacción en cuanto a la repartición de tareas o cargas: en muchas ocasiones la convivencia puede traer consigo una fuente de frustración y discusiones constantes. En estos casos la terapia de pareja se convierte en el espacio seguro donde expresar los diferentes puntos de vista y llegar a acuerdos donde ninguno interprete que tiene que estar sacrificándose mucho más que el otro.
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La falta de empatía o escucha: en muchas ocasiones los problemas dentro de la relación aparecen cuando algún miembro se siente no tenido en cuenta o comprendido y por el contrario se sienten juzgados. La empatía y la escucha son habilidades que se aprenden de forma progresiva desde la infancia y que por lo tanto pueden entrenarse y trabajarse en terapia.
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Pérdida del respeto mutuo o dentro de la relación: esta es una problemática que indica además la existencia de serios problemas en la relación afectiva. Estas faltas de respeto pueden manifestarse de múltiples formas desde interrupciones constantes en la comunicación o comentarios sarcásticos que reflejan burla hacia los sentimientos pensamientos del otro a el hecho de ignorar al otro o lo que dice. En este caso la terapia trabaja estas faltas de respeto y genera nuevas formas de comunicación asertiva con las que poder llegar a solucionar aquellos problemas que están afectando a la pareja.
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Infidelidades: es un motivo frecuente de consulta en la terapia de pareja y provoca graves problemas como la pérdida de confianza, poca implicación en la relación o comunicación a través de reproches o discusiones constantes. En este caso la terapia trabaja en la exploración de formas de reparación del daño y la construcción de nuevos cimientos de confianza o respeto.
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Las figuras de terceros que causan conflictos dentro de la relación: en este caso no hablamos de infidelidades si no de figuras dinamizadoras de conflicto. Pueden ser personas que tienen una mala relación con algún miembro de la pareja. Suele generar mucho malestar la postura de la otra persona que forma parte de la relación de la que se interpretan faltas de apoyo. En este punto la terapia puede ser útil para llegar a punto mejores de comprensión y de resolución de dicha problemática.
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Problemas de salud de algún miembro de la pareja: cuando uno de los miembros desarrolla un problema de salud físico o psicológico puede generar que la relación empiece a descompensarse. Los roles que adquiere cada miembro debido a la problemática pueden llevar a problemas de falta de comprensión o sensación de inutilidad. En este caso la terapia ayuda a los miembros de la pareja a entender los roles que están adquiriendo y a comprender el momento o el rol del otro miembro.
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Aparente falta de interés de algún miembro de la relación: esta falta de interés puede darse en diferentes áreas importantes de la relación como el área sexual o el área emocional o de vinculación. Puede estar causada por diferentes factores individuales o de la relación como carga laboral o carga en las responsabilidades del hogar. En este caso la terapia puede ser útil para entender cuales están siendo los motivos que afecten a la motivación de cada miembro de la pareja y buscar soluciones más adaptativas, además de técnicas para fomentar el vínculo y el interés por el mismo.
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Problemas sexuales: estos problemas pueden estar causados por algún tipo de disfunción sexual o por una falta de interés por el mismo. Desde aquí la terapia de pareja puede resultar útil para trabajar estas disfunciones además de para fomentar el interés y el deseo por el mismo.