El héroe de Marvel Superman dispara rayos láser por los ojos, es prácticamente invulnerable físicamente, y se dedica a derrocar múltiples villanos. ¿A qué nos referimos en cambio cuando hablamos de ser una Superwoman?
Largas listas de tareas en el trabajo, en casa, en los cuidados familiares y de la red social, altos niveles de exigencia y la falta de momentos de calidad para el autocuidado suelen ser parte del cuadro de lo que supone ser una superwoman.
Estamos hablando de un perfil con género, ¡no es casualidad que hablemos de súper mujeres! y para eso echemos un vistazo a elementos culturales que pueden llevarte a ser una superwoman.
Las mujeres se han ocupado principalmente a lo largo de la historia de las tareas reproductivas y de cuidados en el ámbito doméstico, familiar y social de manera no remunerada. A pesar de que hace más de 70 años que en España cada vez muchas más mujeres se sumaban al mercado laboral como asalariadas y a día de hoy los porcentajes de mujeres que trabajan son muy cercanos a los de los hombres, no se han equiparado de la misma manera la repartición de las tareas de cuidados y algunas mujeres sufren su condición de ser superwomans buscando cumplir un conjunto de estándares o exigencias en sus trabajos y hogares.
Atrapadas en satisfacer mandatos culturales o familiares que les dicen como ser una “buena empleada”, “buena madre”, “buena hija” o “buena esposa”, con altos niveles de autoexigencia, dificultad para de delegar tareas o para priorizar su propio bienestar, se ven en una vorágine de actividad y una gran carga de trabajo. Esta manera de actuar puede llevarlas a altos niveles de estrés, agotamiento emocional y físico, y ser un factor que derive en insomnio, trastornos de ansiedad o depresión.
Cuidarse y reducir la autoexigencia
En un avión, se indica que antes de poner la máscara de oxígeno a un niño en caso de accidente, se la ponga la persona adulta y luego este se la ponga al niño, y es que ¿Cómo vamos a cuidar o a poder dar sin que antes no nos hayamos cuidado y nutrido nosotros mismos?
Así pues, si sufres tu condición de superwoman, pregúntate qué necesitas para estar mejor y aprende a priorizar tus necesidades. Una buena alimentación, ocio de calidad, ejercicio físico, descanso, socialización o momentos de creatividad, son algunas áreas en las que puedes preguntarte si te estás cuidando lo suficiente. Puede que te digas… “¡no tengo tiempo!”, y ahí es donde se hace importante buscar nuevos espacios, reducir el nivel de exigencia que reclama siempre un tiempo máximo a cada actividad o aprender a delegar tareas a otras personas. Puedes dar el paso, aunque hasta ahora siempre las hayas hecho tú, creas que el otro no las sabrá hacer o dudes de si seguirás siendo apreciada por tus personas más cercanas si es que dejas de ser la persona que los cuida como lo hacías antes. Aunque sea un reto, son pasos para tu bienestar, para disfrutarte y compartirte con el mundo con más salud.
Si te sientes reconocida como superwoman y sientes dificultades para cambiar esos patrones que te generan insatisfacción y sufrimiento, puedes acudir a un psicólogo para que te ayude en este proceso.
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